La ansiedad la podemos definir como un sentimiento de amenaza o miedo con sensación de ahogo, sensación en el estomago y nerviosismos con temblores y sudoración. En realidad, estos signos son una reacción de alerta de nuestro organismo.
Las visitas al dentista de por sí son una de las acciones que más fobia generan, se estima que casi un 90% de las personas presentan un cierto grado de ansiedad ante los tratamientos dentales, especialmente los de tipo quirúrgico.
Al hablar de dicha ansiedad en la consulta odontológica tenemos que considerar varios puntos:
- La incomodidad que puede provocar al paciente.
- Considerar el riesgo medico por parte del profesional que suponen los cambios fisiológicos por la ansiedad del paciente que pueda presentar un compromiso médico.
- El impacto que puede tener en la salud bucal. Las personas que evitan el dentista debido a la ansiedad tienden a posponer tratamientos necesarios, lo que puede llevar al empeoramiento de problemas dentales. Esto crea un ciclo vicioso: cuanto más tiempo pasa sin tratamiento, más grave se vuelve el problema, lo que a su vez aumenta la ansiedad.
Manifestaciones clínicas de la ansiedad
Entre los cambios fisiológicos que se producen en el organismo ante el estrés o la ansiedad están:
- Cambios cardiovasculares: aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia), sensación de palpitaciones, aumento de la presión arterial.
- Aparato respiratorio: disnea con taquipnea
- Aparato digestivo: hiposialia.
- Neurológico: temblores, parestesias, cefaleas, vértigos
- Urológico: poliuria y disuria
- Muscularmente: contracciones y espasmos
- Otros: escalofríos, sudoración fría, mareo, visión borrosa, lagrimeo o sensación de debilidad
Todos estos cambio fisiológicos pueden afectar al correcto desarrollo de los tratamientos dentales llevados a cabo en la clínica dental, tanto por la incomodidad o incapacidad del paciente, como por las dificultades que estas manifestaciones le provocan al dentista para llevar a cabo su trabajo con todas las garantías.
Por suerte, en Clínica Dental Navarro, y seguramente en muchas más clínicas, se cuenta con un protocolo para atenuar al máximo dicha ansiedad y que el paciente pueda solucionar sus problemas dentales sin mayores complicaciones.
A continuación vamos a ver algunas acciones que tomamos para ello.
¿Cómo se gestiona la ansiedad en la clínica dental?
En la consulta se puede evitar esta situación de ansiedad y de dichas consecuencias mediante el uso adecuado de técnicas psicológicas; así como también mantener un ambiente tranquilo y agradable para el paciente.
Es muy importante considerar la relación entre el profesional y el paciente. De este modo, el contacto con el paciente debe ser cercano y empático, explicando con detalle cada paso del procedimiento, la situación de su salud dental y cuales son sus opciones de tratamiento. Escuchar las preocupaciones del paciente y validar sus miedos puede ayudar a establecer una relación de confianza más estrecha.
La espera antes del tratamiento deberá ser lo mas corta posible y la sala de espera deberá ser un ambiente agradable para el paciente. Crear un ambiente acogedor en la clínica dental puede marcar una gran diferencia. Música suave, una decoración agradable, y ofrecer mantas o almohadas para mayor comodidad, son pequeños detalles que pueden ayudar a calmar los nervios del paciente.
Exponer gradualmente. Para pacientes con fobias intensas, la exposición gradual al entorno dental puede ser una estrategia útil. Esto puede comenzar con visitas sin tratamiento, donde el paciente solo se familiariza con el consultorio y el equipo.
El patrón de comunicación es muy importante, tanto la comunicación verbal como la no verbal; se deberá proporcionar a los pacientes todas las pautas por escrito, en los cuales los mensajes deben ser sencillos, directos, evitando palabras que puedan crear inquietud.
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