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Debido a la velocidad con que se lleva la vida moderna han aparecido una serie de afecciones contemporáneas. Hablamos de las asociadas al estrés, las que afectan directa o indirectamente en los órganos de nuestro cuerpo, y hoy nos enfocaremos en las manifestaciones más presentes en la cavidad bucal, como por ejemplos las fracturas dentales.
BRUXISMO
El bruxismo es el padecimiento bucal más frecuente asociado al estrés. Consiste en una parafunción, o un patrón de movimiento inconsciente que provoca un contacto exagerado de los dientes de ambas arcadas. Por lo general está más presente durante las horas de sueño pero existen casos que se presentan diurnos. Su manifestación clínica consiste en la presencia de desgaste de moderados a severos en las superficies incisales de incisivos y en cúspides de caninos, premolares y molares.
TIPOS DE BRUXISMO
CÉNTRICO
En este caso el paciente aprieta extremadamente fuerte los dientes en una misma posición.
EXCÉNTRICO
Es más grave que el anterior porque junto con la acción de apretar existe un patrón de movimiento en “cizalla” que además de acentuar el desgaste, tiende a provocar fracturas y pueden llegar a comprometer la integridad del diente.
CLASIFICACIÓN DE LAS FRACTURAS DENTALES
FISURAS DEL ESMALTE
Se presentan como una pequeña grieta o fractura en el esmalte. No suelen provocar sensibilidad a los cambios de temperatura, líquidos o cambios de presión. Aunque se deben considerar factores de riesgo ya que favorecen las fracturas de mayor envergadura.
Por lo general no requieren tratamiento restaurador, solo se sellan con carácter preventivo.
FRACTURA CORONARIA SIN COMPROMISO PULPAR
Son las que afectan esmalte y dentina pero no llegan a comprometer al nervio. El diente presenta sensibilidad a los cambios de temperatura, presión y a los líquidos.
En estos casos si se debe llevar a cabo una restauración con composite colocando previamente algún material protector del nervio.
FRACTURA CORONARIA CON COMPROMISO PULPAR
En estos casos existe una exposición pulpar. De acuerdo a la extensión y al tiempo de exposición se puede valorar la aplicación de un recubrimiento pulpar directo o en caso de que no sea posible se procede a una endodoncia con posterior restauración de la corona.
FRACTURAS RADICULARES INTRAÓSEAS
En estas lesiones el diente presenta una ligera extrusión con movilidad del fragmento. El primer paso será la reposición del fragmento coronal a su posición original y se feruliza por un tiempo determinado para que se una al fragmento radicular y posteriormente realizar la endodoncia.
FRACTURAS CORONORADICULARES (VERTICALES)
Estas lesiones resultan las de peor pronóstico. Consisten en una fractura longitudinal al diente que en muchos casos resulta imposibles de determinar mediante examen radiográficos básicos.
El paciente presenta dolor a la masticación, puede haber o no movilidad del fragmento fracturado, inflamación e la encía o casos donde no se trate a tiempo aparezcan abscesos periapicales o laterales.
La extracción sería la alternativa de tratamiento para posteriormente rehabilitar con un implante dental.
Consejos básicos para fracturas dentales
Siempre que exista una fractura dental es muy recomendable que intente recuperar el fragmento fracturado y que lo transporte manteniéndolo hidratado hasta la clínica donde determinaremos si resulta posible pegar.
El uso de férulas de descarga ayudan a proteger esas restauraciones o rehabilitaciones sobre implantes en pacientes que presenten este tipo de afección por lo que su uso resulta muy recomendable en el horario nocturno.